BioPuritas

09 julio 2006

Bitácora de un regreso mojado -celupost-

Este sábado viajé hasta la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, al centro, pasé una tarde en muy grata compañía, charla tan amena, cálida, franca, dulce y fuerte, como la persona con quien compartí esas horas.
Al regresar, la lluvia sorprendía a la ciudad y mis nuevos rulos agradecían la bebida del cielo...
Todo muy lindo si, pero en la espera para tomar el colectivo de regreso, nos estabamos empapando... podían identificarse con facilidad las dos colas de las dos líneas que paran en esa esquina, una con más gente que la otra... al llegar el bus, delante mio solo había una señora con dos adolescentes y al querer ascender, irrumpió en escena una mujer con una niña quien exigió ingresar primero... dándose el siguiente diálogo:
adolescentes (subiendo): - "ESTA es la cola para la costera señora"
señora que acompañaba a las adolescentes: "ud estaba en la otra cola"
señora con niña (gritando nerviosa): "ah no, yo hace una hora que estoy con la nena, yo subo y se van todos la puta que los parió" -y se mandó nomás-
yo (no pudiendo resistir): "eeeeepa señora, que nadie le está impidiendo que suba..."
...... (silencio de todos)
Subió la señora que estaba con las pibas atrás de la mujer y antes que yo... las dos detrás... no pudimos evitar presenciar el grato llamado de atención del chofer, quien le informaba a la mujer que estaba en la cola equivocada... que lo "recordara" la próxima vez...
La mujer con la nena se acomodó con vergüenza en silencio, y yo me senté lo más lejos que pude...
A mi lado se sentó un flaquito, con piercing murguero, con gorrito negro..., toda la onda... tipo Jamiroquai, quien como si nada, sacó de una bolsita una fugazza en sandwich rellena de jamón y queso, con mayonesa... la que acompañaba con un exprimido de naranja en botellita -me acordé de vos Sil ;) -. El colectivo no tardó en inundarse del aroma, por lo que todo el mundo hambriento no dejaba de dirigir la mirada hacia nuestros asientos, digan que yo había "almorzado" hacía unas horas... que si no, la humanidad de mi compañero hubiera peligrado...
Ya en estado "pipón" mi compa se relajó... se colocó su discman... y se durmió...
Yo no pude pegar un ojo... las luces encendidas me lo impidieron.
Al llegar a mi ciudad todavía llovía y como era de esperar los taxis estaban desaparecidos...

Por suerte al llegar a casa, ya había dejado de llover...

Y no importa eh!, vos sabés... cuando quieras, con quien quieras, y donde quieras!


-las notas de este post fueron escritas en mi celular-
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